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Lunes, 4 de Abril, 2022
RFEG
Juantxo Elia: de El Sadar a Gorráiz
El ex portero de Osasuna, que se subió al golf al concluir su carrera, compite en la actualidad con los mejores jugadores nacionales

Juantxo Elia es todo un personaje del golf navarro con una historia muy particular. A sus 43 años es un futbolista retirado con una dilatada trayectoria en Osasuna -el club de sus amores-, Real Murcia y Ourense, un hombre de negocios y, sobre todo, un golfista indomable. Dejó el fútbol antes de lo que le hubiese gustado -una lesión de espalda tuvo la culpa- y llenó ese hueco con el golf, una pasión que le acompaña desde hace más de una década y que ha cultivado con tanto empeño que ya le permite lucir un hándicap envidiable.

Jugó una final de la Copa del Rey y contribuyó a la histórica clasificación de Osasuna para la Liga de Campeones, y ahora mata el gusanillo de la competición midiéndose con los mejores amateurs nacionales. Un tipo diferente con un sentido del humor especial. Si andan por Gorráiz, ojalá tengan la suerte de encontrárselo.

Y después de años y años dándole al fútbol, te metes a tope en el golf…

¡Y tanto! Para mí ha sido una enfermedad. Terminé de jugar al fútbol y el golf me ha entrado hasta la médula, hasta el punto de que llevaré diez años jugando y te puedo decir que en los tres o cuatro primeros años no hubo un día en el que no entrenase, pegase bolas o lo que sea. Me lo he tomado muy, muy en serio.

Llegué gracias a mi compañero en Osasuna Ricardo que un día me dejó un palo en una pretemporada en un campo de golf, y empecé a pegar a la bola, y vi que lo hacía bien y que disfrutaba mucho. Y a partir de ahí no lo he dejado.

¿Jugabas ya siendo futbolista en activo?

No, no, después de lo de Ricardo no lo cogí tan activamente, pero el último año de carrera ya sí empecé a darle. Una vez dejé el fútbol fue un constante entrenamiento, un par de clases por semana, entrenos de seis o siete horas al día,.. estaba todo el día entrenando porque me gustaba mucho y porque cuando dejas la competición de alto nivel echas en falta algo. Te queda un vacío muy grande y necesitas llenarlo. Y aquí es donde el golf me ha ayudado mucho.

¿Uno se cansa de competir? Es decir, ¿cuando uno ha sido deportista de élite sigue buscando la adrenalina de la competición?

Sí, eso es. Yo siempre he sido un futbolista muy profesional, me gustaba muchísimo cuidarme y entrenar, y de alguna manera en el golf tenía el aspecto de competición por un lado, con los torneos, y por otro tenía el resto de la semana para entrenar y cuidarme físicamente. De hecho es que tengo hasta un preparador físico específico de golf.

Lo que más disfruto del golf es el proceso, más incluso que el resultado. El ser profesional, cuidarme, entrenar,... eso es lo que más disfruto.

Imagino que no debe ser sencillo pasar de profesional a aprendiz. Es lo que tiene el golf, que siempre requiere humildad…

Una cura de humildad seria, sí. No sé si habrá otro deporte como este, que te pone en tu sitio rápidamente. No creo que exista una disciplina tan complicada, que un día le pegas bien a la bola y al siguiente lo haces de forma horrorosa. Supongo que eso también nos engancha.

¿Has hecho alguna vez el papel de Ricardo? El de acercar al golf a otros compañeros, digo.

Realmente, no. Ahora intento enganchar a la gente, pero es verdad que cuando yo empecé no veía a los chavales más jóvenes muy por la labor de darle al golf. Están más a otras cosas.

Conoces perfectamente ambos deportes, ¿el haber competido en fútbol te puede haber ayudado a afrontar un deporte tan psicológico como es el golf?

Sí, seguro. Pero hay que puntualizar. El puesto de jugador no tiene nada que ver, pero es verdad que el de portero sí, ambos se pueden parecer en lo psicológico. Pero hay matices. En el caso del fútbol te acostumbras a mantener la concentración con una intensidad del cien por cien en dos tiempos de 45 minutos. Y en el golf yo noté que siguiendo esa dinámica al hoyo 8 ó 9 estaba fundido.

Claro, te das cuenta de que no es lo mismo. En golf debes mantener la concentración máxima en el momento del golpe, luego ya no. Hay que saber entrar y salir, entrar y salir,... y eso en fútbol no se permite: el portero está concentrado sin estímulo alguno mucho tiempo, con el balón a 50 metros. Es distinto, pero se parece en el poco margen de error que tenemos los porteros y los golfistas.

¿Cuál ha sido el momento álgido de tu aún corta carrera en el golf? He visto por ahí un puesto 30 en el Puntuable Nacional Mid Amateur RG Pedreña.

No es que tenga grandes resultados, pero voy haciendo cosas. En este Campeonato de Barcelona, en uno de los campos más exigentes de Europa como es El Prat, pasar corte y estar entre los 30 primeros, con jugadores de alto nivel, pues es un gran logro. No me conformo con eso, pero está muy bien.

Luego hay que diferenciar lo que son torneos de este tipo con los de club. Actualmente tengo el récord de mi club con -10, un 62. Pero no es lo mismo hacer pocas en tu campo que hacerlas en un torneo de gran magnitud.

¿Da más miedo enfrentarse a un golpe complicado con agua en juego o a una falta de Cristiano Ronaldo?

¡Mucho más el golf! A todo el mundo le digo lo mismo: recuerdo el primer golpe en el tee del 1 en los primeros torneos que jugué, un nivel de estrés y de tensión que no recordaba en el fútbol. ¡Que piensas que no le vas a dar a la bola! Definitivamente, creo que es más duro el golf (Risas).

Te tuviste que retirar por un problema de espalda, ¿no te da problemas esa lesión en el golf?

Sí, sí me da problemas. Lo que pasa es que el nivel de fútbol de élite es otro. Una molestia crónica te merma muchísimo, no puedes estar al cien por cien a diario, y eso te lleva a retirarte. En cambio en el golf, como lo practico a nivel amateur, puedo ir tirando con analgésicos y antiinflamatorios.

Ahí en la espalda tengo una lesión importante, sí.

Se da la curiosidad de que te entrenó el Cuco Ciganda, tío de Carlota. A ver si te va a venir por ahí la pasión por esto…

(Risas) Quién sabe. Lo que sí te puedo decir es que la pasión que tengo por el golf ha superado todos los límites habidos y por haber, el golf es mi vida. Tengo mis trabajos y mis negocios, pero el golf es de las cosas más importantes de mi vida y es uno de los motores que me hace cada día prepararme y estar a tope.

Date cuenta que estoy en hándicap -3, y eso requiere estar siempre fino con el putt, el approach, los golpes medios,... cuando paro un par de días o tres noto que no estoy al mismo nivel. La exigencia va subiendo a medida que subes el nivel.

En Murcia tuviste a un entrenador mítico, el gran Javier Clemente. Que además es buen golfista. ¿Tuviste ocasión de echar unos hoyos con él?

Precisamente, el otro día coincidí con él en Zarauz, me lo encontré en el campo. No recuerdo si empecé a jugar cuando coincidí con él en Murcia, pero sí le recuerdo dando bolas en alguna concentración.

El año pasado te vimos en el Campeonato de España Absoluto de Federaciones Autonómicas con Navarra. ¿Cómo fue tu experiencia en un torneo así?

Llevo ya cuatro años jugando con la selección de Navarra, y es una experiencia súper bonita. En cierta medida me recuerda mucho a las sensaciones del fútbol, porque es una modalidad en equipo. De las cosas más bonitas y que más echo de menos del fútbol es el compañerismo, el vestuario, el arrimar el hombro por un bien común. En el Campeonato de Autonomías revivo esa sensación y me encanta. Debo decir que yo me siento muy, muy, muy navarro y, claro, jugar por Navarra es siempre muy especial, un orgullo.

¿Te preguntan mucho los chavales?

Sí, constantemente. Además, que yo soy muy chiquero y me encanta estar con ellos. A la mínima que pueden me preguntan si jugué contra tal y cual jugador, son muy curiosos. Y a mí me tienen como un padre, porque son chavales con 18 o 20 años.

¿Cómo es tu juego?, ¿podemos decir que te asemejas con algún jugador Top?

No sabría decir… Sí puedo asegurar que soy muy obseso de la técnica -también lo era en fútbol-, no me gusta pegarle a la bola de cualquier manera, aunque eso es algo que he ido matizando con el tiempo, cuando te das cuenta de que lo que cuenta es hacer pocas.

Si puedo destacar algo es el drive, la distancia que hago desde el tee es respetable. Luego todo el mundo me dice que pateo bien, pero a mí me gustaría hacerlo mucho mejor

Has jugado el Campeonato de Barcelona este año, además de un buen puñado de puntuables nacionales en años anteriores ¿Qué jugador de los que has visto en este tiempo te ha llamado más la atención?

En los últimos meses he podido jugar con chicos que están despuntando mucho, como David Puig o Eduard Rousaud, y son espectaculares. En el Campeonato de Barcelona compartí partida con un chaval andaluz, Ángel Ayora, que tiene un toque de bola que hacía mucho que yo no veía. Pega los hierros y el drive muy sólidos.

También jugué un Campeonato de España Absoluto hace algunos años con un tal Jon Rahm. No jugamos juntos, pero sí jugamos el mismo campeonato, eh (Risas).

Le vi pegando bolas al lado de Adri Arnaus… ¡madre mía!

Sí, me ha tocado jugar con gente buena.

Eres un tipo inquieto, como demuestra el hecho de que después del fútbol hayas hecho también algunas incursiones en otra de tus pasiones: el motor.

Sí, y es mi profesión. Montamos una empresa de vehículos y sí, es mi otra pasión, los coches deportivos y algo especiales. Es mi pasión, pero no tanto como el golf.

Si el día de mañana te coincide en la tele una final de Champions con la Ryder Cup, ¿qué hacemos?

No tengo ninguna duda, me quedo con el golf. No dejo de ver la Ryder por un partido de fútbol.

Ya, pero… ¿y si la final la juega Osasuna?

Ah, entonces no. Osasuna es mi equipo. Me quedo siempre con el golf salvo que juegue Osasuna.


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