NOTICIAS
Viernes, 1 de Abril, 2005
Psicología y Golf
Psicología: Conocerse a uno mismo (abril 2003)
Hay que determinar con claridad los puntos fuertes y débiles para poder progresar
Conocer es la base del progreso. De ahí que, en estas páginas dedicadas a la psicología y el golf, hayamos hecho incidencia en los números anteriores en la necesidad de evaluar los factores técnicos, físicos y mentales que pueden tener incidencia en nuestro juego. El siguiente paso es conocerse a uno mismo, ser consciente de nuestros puntos fuertes y débiles para poder progresar lo más rápido y mejor posible.

Emplear bien el tiempo

Para ello, lo primero, es tener muy claro cuáles son nuestros objetivos y, en función de ellos, determinar el tiempo empleado para cumplir esas metas. Si se quiere progresar de verdad en el golf hay que tener muy claro que hay que practicar y practicar. Sin constancia, mejorar no es posible. Hay que invertir unas horas significativas en entrenar porque los beneficios físicos (se está realizando una actividad saludable) y psíquicos (capacidad de control y de superación) son indudables.

Salir al campo es la culminación de todo lo aprendido durante los entrenamientos. Hay que tener una actitud positiva: las cosas hay que hacerlas bien porque, de lo contrario, ¿de qué sirve emplear tanto tiempo si no se tiene intención de progresar? El tiempo se emplea, pero no se puede recuperar, por lo que hay que aprovecharlo siempre al máximo. Jugar con golfistas de mayor nivel también ayuda a mejorar. No en vano, el hombre siempre tiende a imitar comportamientos y actitudes, y si el espejo es positivo, mejor que mejor.

Valorar las oportunidades

No hay que descartar, ya en el salón de nuestra casa, escribir en un papel, en dos columnas, cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles –por lo menos tres o cuatro de cada categoría– con objeto de enlazarlos para intentar mitigar, con los fuertes, los débiles. Por ejemplo, si fallo pegando las maderas pero al tiempo soy disciplinado a la hora de entrenar, la posible solución sea dedicar más tiempo a esa parcela concreta.

También hay que valorar las oportunidades de que se dispone –si, por ejemplo, tenemos la opción de probar nuevas maderas, podría solucionarse el problema anterior mediante este camino– y cuáles son aquellas cuestiones externas que entorpecen la progresión (dedicar excesivo tiempo a la televisión o los videojuegos, por ejemplo). En definitiva, conocerse a sí mismo para mejorar.

NOTICIAS RELACIONADAS
ENLACES RELACIONADOS