España se ha distinguido como brillante cabeza de serie en el Campeonato de Europa Sub 18 Masculino por Equipos, una vez disputada la fase clasificatoria celebrada en el recorrido murciano de La Manga Club, donde los representantes españoles han ofrecido una magnífica imagen conjunta plasmada en una renta de siete golpes obre el segundo clasificado, Suecia.

La solidez del juego español, sin aparentes fisuras, todos a una, una suma eficiente de esfuerzos inaccesible para el resto de sus rivales, se hizo aún más patente con respecto a otros países de tradición golfística más que probada, caso de Dinamarca, Italia, Alemania o Inglaterra, en los siguientes puestos de esta primera clasificación que da acceso, ahora sí, a la parte más determinante de la competición, eliminatorias directas en pos del título donde cualquier traspié tiene un elevadísimo precio. Irlanda, octavo clasificado en esta fase previa, será el primer rival español en cuartos de final.

De todo ello son muy conscientes los jóvenes componentes del equipo español –más de la mitad seguirán siendo Sub 18 el año que viene–, que no dudan en prolongar su estancia en el club murciano, a pesar del calor, una vez concluida su sobresaliente jornada, ya sea afinando el putt o dando golpes en la cancha de prácticas para remachar lo que, de momento, en las calles y greenes de la Manga Club, todo es espectáculo.

Un dato lo pone aún más de manifiesto: cuatro españoles se han situado entre los diez primeros en la clasificación individual gracias a su machacona concatenación de aciertos.

En el marco de ese juego conjunto fulgurante, mención algo más especial para el madrileño Ignacio Montero, simplemente excelso en estos primeros 36 hoyos de competición, autor de su segundo 3 bajo par desde que llegó a La Manga Club. En esta segunda ocasión su relación con el recorrido fue resplandeciente, cuatro birdies antes de encontrar problemas consecutivos en los hoyos 14 y 15 minimizados por si acaso con otro determinante acierto en la última bandera.

Una actuación muy similar desplegó el donostiarra Borja Martín, mimetizado con su compañero a la hora de sumar aciertos. Cinco birdies y sólo dos bogeys fueron su destacada tarjeta de presentación en una ronda donde asimismo inscribió un birdie en su tarjeta en el hoyo 18.

Ese punto del recorrido, curiosamente, fue asimismo motivo de alegría para el madrileño Eugenio López-Chacarra, uno de los grandes protagonistas del día gracias a una ronda de 4 bajo par a la que no se le puede poner ningún pero y que machaca un dato –esa querencia de los españoles de conseguir birdie o incluso eagle, como en la primera jornada, en el último hoyo– que puede resultar determinante en eliminatorias complicadas como las que se avecinan.

A esa eufórica atmósfera de confianza se sumó el madrileño Alejandro Aguilera, el par del campo en esta segunda ronda, tres bajo par en el cómputo global, como clara demostración de la seguridad de su juego. Un magnífico arranque –cuatro birdies en los primeros 10 hoyos– compensaron algunas dificultades que, lejos de constituir quistes irreparables, supusieron motivación para completar una vuelta también notable.

A última hora de la tarde entregaron sus resultados el sevillano Gonzalo Leal y el barcelonés Eduard Rousaud. El primero de ellos no encontró su sitio en el campo en esta ocasión (78 golpes, 5 sobre par), si bien se despidió, como otros españoles, con un esperanzador birdie en el hoyo 18, mientras que el golfista catalán apuntaló con su actuación su aportación al cómputo general del equipo, 76 golpes en su caso producto de una ronda donde hubo de todo, justo lo que se avecina en las siempre inquietantes e impredecibles eliminatorias directas en pos del título, esas que ya han instalado al equipo de Irlanda en el horizonte más cercano.