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Martes, 23 de Abril, 2019
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Entrevista Gonzalo Fernández-Castaño: Retorno a casa
“Mi etapa en USA la dejo en ‘stand by’. En el European Tour se hace un golf que se adapta mejor a mis condiciones”
Gonzalo Fernández-Castaño (foto: RC@Valderrama)

Han sido unos años apasionantes en Estados Unidos, pero era el momento de retornar a su casa deportiva, al European Tour, el circuito en el que se hizo enorme con siete victorias. No cierra del todo la puerta a un retorno al PGA Tour, ni mucho menos. De hecho, trabaja para volver a encontrar un sitio entre los 50 mejores golfistas del mundo y, de esta forma, ganarse el regreso al mayor circuito del planeta.

Lo conseguirá o no, pero pase lo que pase será sin perder su forma de ser y actuar, porque Gonzalo es auténtico, genio y figura. Una charla con él, aun con las dificultades que plantea la comunicación transoceánica, es siempre un placer. Piensa, analiza y no deja nada por contestar.

Este año te centras en el calendario del European Tour. ¿Podemos decir que cierras tu etapa en Estados Unidos?

Me voy a centrar este año por completo en el ET, es cierto, pero no diría tanto como que cierro una etapa. Como sabéis sigo viviendo en Estados Unidos, tenemos la base en Florida, y la idea es seguir allí el mayor tiempo posible. También es verdad que a pesar de no jugar el PGA Tour y el Web, nunca se sabe. Si las cosas van bien en Europa, que ojalá ocurra, siempre se puede pensar en volver al PGA Tour vía Top 50 del mundo, como hice en 2013. De momento, más que cerrar una etapa, podemos decir que la dejamos en ‘stand by’.

En estos años americanos has jugado PGA Tour y Web.com. En global, ¿cómo ha sido la experiencia en USA?

Ha sido muy enriquecedora, a pesar de no haber jugado al nivel que esperaba o que sé que puedo dar. Pero he aprendido mucho al jugar en el mejor circuito del mundo y con los mejores jugadores. El Web también te aporta. De hecho, te ayuda a ver la cantidad de talento y de golf de base que hay en Estados Unidos. Es muy competitivo, y solo los 25 primeros van al PGA Tour, por lo que te obliga a ponerte las pilas. Te hace ver cómo está cambiando el golf, en lo que se está convirtiendo, un deporte para pegadores mucho más atlético, que poco tiene que ver con lo que era hace 15 años. Ha sido una etapa muy formativa de la que he aprendido tanto en lo personal como en lo profesional.

¿Hay mucha diferencia entre los circuitos europeo y americano?, ¿a qué niveles se encuentran esas diferencias?

Sí que las hay, y son notables. Por un lado, el ET viaja por todo el mundo y hay más variedad de campos, de gente y de culturas, mientras que en EEUU es todo muy parecido. Los campos, la gente… es más monótono, pero es un circuito increíble en el que hacer un bogey cuesta carísimo. Los golfistas Top son buenísimos en ambos circuitos, pero la media es un poquito más fuerte en el PGA, y la base es también más potente allí.

Por otro lado, el golf se juega de forma diferente. Allí son campos algo más anchos en los que hay que volar mucho la bola, pegarle fuerte. En Europa, por los campos y la climatología, la bola vuela diferente, y se hace un tipo de golf que creo que se adapta mejor a mis condiciones.

¿Ves recomendable un circuito como el Web.com?

Por supuesto. Es un circuito súper competitivo en el que hay que jugar muy bien para conseguir plaza en el PGA Tour. Es el único camino para llegar junto con el Top 50 mundial. Cualquier chico joven con aspiraciones de jugar en el PGA debe saber que el Web es el camino, pero es verdad que no es fácil porque es un circuito muy complicado.

El año pasado jugaste 34 semanas, compaginando Web.com y European Tour. ¿Cómo resultó la experiencia de jugar y viajar tanto?

Fue un poco locura. Ya no tengo 25 años y estar fuera de casa tantas semanas, sin ver a los niños, no es plato de buen gusto. En total fueron unos 200.000 kilómetros en avión, pero mereció la pena. Conseguí la tarjeta europea en esa última semana en Valderrama, pero lo malo fue que me quedé a las puertas en el Web, en el puesto 76. De forma que no fue todo lo positivo que me hubiera gustado, pero aun así el esfuerzo mereció mucho la pena. En lo físico y en lo mental es una paliza, eso sí. Este año espero que sea todo más tranquilo y pueda dosificar de cara a los últimos años que me quedan a nivel competitivo. Quiero maximizarlos todo lo posible.

¿En este tiempo has echado de menos competir con asiduidad en el European Tour?

Sí, mucho. No cabe duda de que aquí es donde me siento más cómodo y aquí están mis amigos. Me lo paso mejor. En EEUU uno está mucho tiempo solo, todo el mundo va más a su bola. Pese a que me acogieron con mucho cariño, sí es verdad que el americano es más individualista. En el ET se hace más piña, y eso hace que fallar un corte sea más agradable. Sabes que luego saldrás a cenar, te echarás unas risas con tus amigos y te olvidarás un poco de lo que ha pasado en el campo. En soledad es todo más complicado. Además, también he echado de menos al staff, árbitros... En este circuito he estado diez años de profesional, y eso marca.

Con el calendario en la mano, ¿a qué torneos les tienes más ganas en este 2019?

Me apetecía mucho la gira del desierto, y especialmente el torneo de Qatar, que siempre me ha gustado mucho por el campo, las condiciones en que se juegan… pero fallé el corte. Mirando el calendario me apetecen mucho Valderrama, que va a ser un torneazo y que además reparte plazas para el Open Británico, y el Open de España, que si se juega finalmente en el Club de Campo Villa de Madrid será otro plus, ya que es donde yo crecí como jugador.

En definitiva, es un calendario curioso el que se ha quedado con el movimiento del PGA Championship a mayo y de The Players a marzo. Parece que nuestros platos fuertes estarán en junio-julio y septiembre-octubre, así que habrá que organizarse bien para llegar con fuerzas a esos tramos de temporada. Además, me ilusionaría jugar un ‘major’, especialmente el US Open, que se celebra en Pebble Beach. Jugaré las previas para intentar hacerme con una plaza.

¿Cómo ves a la joven hornada de golfistas profesionales españoles?

No cabe duda de que hay jóvenes que vienen pegando fuerte. De Otaegui no te puedo decir mucho porque no he podido jugar con él, pero a la vista de los resultados no cabe duda de que es un gran jugador, se le da especialmente bien el Match Play y va a tener un futuro brillante. En cuanto a Adriá Arnaus, es un golfista espectacular, con una potencia tremenda y un gran talento natural, ojalá le vaya fenomenal. Ambos son posiblemente los dos españoles jóvenes con más futuro. También le tengo mucha fe a Jorge Campillo. Lleva un par de años muy sólido y tiene toda la pinta de que está a punto de romper el cascarón, como llamamos a ganar por primera vez.

En tu blog haces referencia a las nuevas Reglas de Golf, ¿qué opinión te merecen?

Las nuevas Reglas me gustan mucho en general, pero es como todo, llevamos 35 años jugando con unas Reglas y cuando cambias se te hace raro. La primera reacción siempre es de rechazo, pero las he leído detenidamente, las he podido estudiar, y lo cierto es que me gustan.

Cambian cosas como el tema del dropaje a la altura de la rodilla, que así a simple vista suena ridículo. Entiendo que se penalice a alguien por dropar mal, por intentar sacar ventaja dropando, pero en el caso de Rickie Fowler en uno de los últimos torneos, dropando por encima del hombro, dudo que pueda obtener alguna ventaja. Más bien sería lo contrario.

Pero no es una crítica, eh. La Reglas están ahí para todos y nuestro deber es cumplirlas, y si no se las cumplimos, pues seremos penalizados, y ya está.

Hemos leído también que estás trabajando con el sistema Focus Band para manejar los estados de concentración.

La psicología es fundamental, especialmente cuando las cosas no van del todo bien. En esos momentos la cabeza empieza a dar demasiadas vueltas y es fácil entrar en círculos viciosos. Igual que trabajamos la parte física o técnica, también hay que entrenar a diario la psicológica. Cuando las cosas me iban bien en el campo de golf, apenas le daba importancia a la cabeza, porque igual que hay círculos viciosos también los hay virtuosos. Ahora he empezado con Focus Band, en concreto con Jason Goldsmith, que trabajó en su día con Jason Day y trabaja ahora con Justin Rose. Es un método muy interesante para conseguir ese estado de consciencia presente, por llamarlo así, en el que utilizas tu parte derecha del cerebro y no la izquierda para pensar lo menos posible y dejar que el atleta actúe. Ese sería el objetivo del Focus Band, desarrollar una rutina que haga que ese atleta, ese niño, juegue y no piense demasiado.

Cambiando de tema, eres una persona popular y activa en Redes Sociales, donde no tienes miedo a mostrar tus opiniones sobre diferentes temas de actualidad, ¿has pensado alguna vez en ‘cortarte’ en Twitter?

¡No sabéis lo que me corto! Sí, me gustan las RRSS y no soy nada políticamente correcto, eso ya lo sabéis. Me gusta dar mi opinión y me muerdo la lengua, y mucho.

¿Qué opinión te merecen las redes sociales, en general?

A excepción de Twitter, no estoy muy metido. No tengo ni Facebook ni Instagram. Twitter te mantiene informado y tienes cierta interacción con los aficionados. Me imagino que los sponsors y demás tendrán muy en cuenta cuántos miles o millones de seguidores tienes, aunque en mi caso no se iban a encontrar muchos. Hay que tener cuidado, ya que se difunden muchos bulos, pero bueno, me entretiene, sobre todo en esos ratos que estoy solo.

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