NOTICIAS
Jueves, 10 de Enero, 2008
Psicología y Golf
Psicología (enero 2007): La autoconfianza

Comentábamos en el número anterior que lo que demuestra que un jugador tiene un nivel de confianza elevado, que además hace creer a la gente que le rodea que es un “ganador”, es expresar en todo momento pensamientos positivos del tipo: “No tendré problemas en volver con la copa”, “Voy a conseguir revalidar mi título”, “Los demás no tienen nada que hacer al lado mío”, “No tengo rivales”...

Seguramente que muchos de vosotros habréis experimentado en alguna ocasión lo poco efectivos que son este tipo de pensamientos cuando no están basados en un análisis objetivo de la situación en la que os encontráis, ni de los recursos reales de los que disponéis para conseguir lo que se dice, que muchas veces se expresa guiado tan sólo por una corazonada, por un presentimiento o incluso porque sabemos que es lo que quieren escuchar algunas de las personas que nos rodean, que pueden estar tan interesados como nosotros en que consigamos un buen resultado.

PODEROSA SENSACIÓN DE CONTROL

Dejando a un lado esta idea equivocada de en qué consiste la autoconfianza, me gustaría dejaros claro que lo que aporta principalmente esta variable a un jugador es la mayor sensación de control posible sobre la situación que va a vivir o está viviendo. Podríamos decir que es una expectativa realista respecto a lo que uno mismo puede hacer para conseguir un objetivo concreto.

La autoconfianza implica, en primer lugar, que tengáis un conocimiento real de las dificultades que tendréis que superar, cuáles son los recursos que tenéis para hacerlo, cuáles son las estrategias más útiles entre todas las que sabéis para sacarle el máximo partido al esfuerzo que hagáis, y a partir de aquí, cuáles son las auténticas posibilidades que tenéis de conseguir el éxito.

Sería muy difícil que un jugador demostrara un nivel de seguridad real cuando hace el siguiente comentario: “Voy a quedar campeón de España de mi categoría” estando rodeado de las siguientes circunstancias: aún no conoce el campo en el que se va a jugar dicha competición; está siendo sometido a un gran cambio técnico en su swimg que le está provocando últimamente no ir demasiado recto con su juego largo; no se ha preocupado de saber qué otros rivales puede tener ni el rendimiento que han obtenido últimamente; y desde hace al menos dos meses no ha tenido la posibilidad de competir, porque ha estado ocupado con exámenes y ha decidido no asistir a las competiciones que estaban planificadas durante ese periodo de tiempo.

Es fácilmente predecible que este jugador, salvo que ocurra un milagro, no sea capaz de quedar campeón de España de su categoría.

Encarna María Lozano Casero

Psicóloga Especialista en Actividad Física y Deporte

NOTICIAS RELACIONADAS
ENLACES RELACIONADOS