NOTICIAS
Jueves, 4 de Junio, 2020
Masculino
Entrevista José Luis Ballester: “Para ganar tienes que haber perdido antes”
Uno de los golfistas de mayor proyección en nuestro país

El campeón de la Copa de S. M. El Rey 2020 es ya una figura del golf español. Y no solo por su inmejorable actuación en el Real Golf de Sevilla a principios del mes de marzo, antes del inicio del estado de alarma, ni por ser el vigente subcampeón de Europa. Lo es porque a sus 16 años se ha hinchado a ganar Campeonatos de España (Benjamín 2013, Alevín 2015 e Infantil 2016 y 2017, entre otros) y porque se ha hecho con el respeto de todos sus compañeros con actuaciones memorables en los mejores torneos Match Play de Europa.

A José Luis Ballester le siguen llamando Josele, como cuando era pequeño, pero ha madurado a un ritmo mayor que cualquier chaval de su edad, posiblemente porque desde que cogió su primer palo, con 4 años, tiene claro lo que quiere ser de mayor y cómo conseguirlo.

Le pillamos cogiendo fuerzas para un nuevo asalto al mundo. Porque Josele se quiere comer el mundo entero a base de drives y putts.

Lo primero, ¿cómo has llevado el confinamiento?

Bueno, pues como todo el mundo. Lo más importante es la salud de todos y no nos ha quedado otra que quedarnos en casa trabajando como se podía. Por suerte, y al contrario que otros deportistas de otras especialidades, he podido entrenar con la ayuda de una vieja red que teníamos en casa, de la alfombrilla... Disponemos de un pequeño jardín que también me ha ayudado mucho. Era cuestión de imaginarte obstáculos (risas). Además, he hecho diariamente una hora de trabajo físico que me vendrá fenomenal para cuando se pueda retomar la competición.

Pero te ha cortado la temporada en tu mejor momento...

Totalmente, pero como a todos. Me he hecho a la idea de que ha terminado la temporada y tengo que hacer una pretemporada completa para cuando en verano, esperemos que sea entonces, se pueda retomar la competición. Estoy trabajando bastante bien, pero haciendo cosas que me van a ayudar seguro.

Vamos a la Copa del Rey. Dio la impresión de que la final, ante el alemán Jannik de Bruyn (3/1), la tuviste siempre controlada. ¿Cómo la viviste?

Para hablar de esta final primero creo que es obligatorio hacerlo de las dos que perdí anteriormente en el British Boys y en la Copa Nacional Puerta de Hierro. La primera no me importó tanto perderla porque era más pequeño y no tenía en mente jugar una final así, pero la segunda me dolió mucho. La jugué muy mal, no sé si por nervios o por qué.

Así que la noche antes de la final hablé con mi psicóloga, y me recordó que había llegado hasta aquí con mi golf. Y así hice. Para poder ganar primero hay que haber perdido.

Quien pudiese seguir el live scoring vería que fui siempre llevando la iniciativa del marcador. Acabé la primera vuelta con cuatro hoyos de ventaja, muy bien y muy seguro. En los últimos diez hoyos él apretó y yo cometí algún error, así que en el 15 se puso solo uno abajo.

Ahí tuve un pensamiento que me fue de mucha ayuda: dejé de pensar en la pizarra y jugué como si estuviésemos empatados. Hice un eagle espectacular al 16 y una salida muy buena en el 17. La dejé de segundo golpe en green y ahí vi que no se me podía escapar.

¿Soñabas con esa victoria?

Sí, claro. Es uno de los torneos más importantes de España y de Europa, y encima se produjo haciendo una semana casi perfecta.

En cuartos de final te mediste a Álvaro Mueller-Baumgart, otro de los nombres importantes de nuestro golf. ¿Cómo fue ese duelo?

Álvaro y yo somos muy buenos amigos, nos conocemos desde hace mucho tiempo y nos tenemos un gran respeto. He tenido la suerte de ganarle tanto aquí como en la pasada Copa Puerta de Hierro, y eso no es fácil. Él tiene un juego súper completo, y si está fino con el putt no le ganas. Por suerte para mí, esos días no estuvo tan acertado. Nos respetamos mucho como compañeros y como rivales.

Está claro que el formato Match Play te va.

Me va, me va. Me gusta mucho, eso es cierto. En este caso se basa en no cometer demasiado errores, y creo que en eso soy bueno. Pero soy consciente de que el golf es medal.

¿Entonces te quedas con el Masters o con una Ryder?

(Risas) ¡Con las dos!

Dinos una cosa, lo que ocurrió el año pasado en el Campeonato de Europa Sub 16, en el que fuiste plata ¿fue más un premio o un castigo? Tenías el oro a mano en la jornada final, que se suspendió a falta de unos hoyos.

Fue agridulce sí. Pienso que fue un error de la EGA, porque daban lluvia para las 14 horas en la última jornada y bastaba con haber salido por dos tees prontito. Pero pusieron las salidas por un tee a las 10. Cuando se decretó la suspensión definitiva eran las 19:30, el 85 por ciento de los jugadores habían terminado, había salido un solazo y quedaba una hora y media de luz. Se podía haber terminado seguro.

En cualquier caso, me queda el consuelo de que hice mi trabajo bien y de que esa semana encontré cosas interesantes que llevaba tiempo buscando.

¿Te defines como un golfista frío o más bien pasional?

¡Para nada frío! Soy muy pasional. Cuando tengo que sacar puño lo saco. Lo que sí es cierto es que en los últimos años he madurado bastante en cuanto a actitud: antes, si jugaba mal un día, lo arrastraba, me cabreaba conmigo mismo. Ahora ya soy capaz de relativizar bastante. Sé que hay días buenos y otros menos buenos.

Para que te sitúen los que no te hayan visto, ¿a qué profesional podríamos decir que te pareces?

Bufff, puede que tenga ciertas cosas de Sergio García. Será porque he tenido la suerte de compartir vueltas con él, o porque su padre Víctor me ha ayudado mucho, pero el caso es que mi juego, salvando las distancias, se puede parecer al suyo.

Esa primera vez que te pasaste por Mi Revista de Golf nos decías que uno de tus objetivos era jugar con Sergio y ganarle. ¿Misión cumplida?

(Risas) Solo a medias. He podido jugar con él unas cuantas veces en el Mediterráneo, pero lo de ganarle… Cuando juega en casa y está relajado te hace fácil un -8, y así es imposible. Es muy bueno.

¿Sigues siendo un apasionado de la competición?

Sí, sigo pensando que hay que entrenar como se compite, pero ya te digo que ahora me lo tomo todo con menos dramatismo.

Una vez conquistada la Copa del Rey, ¿a qué torneos les tienes especiales ganas?

Uno siempre sueña con ganar el British Amateur o el US Amateur, pero sé que todavía no es el momento para pensar en eso. Más adelante. En este momento que estoy, me gustaría ganar el British Boys.

¿Y Estados Unidos, queda muy lejos?

Para nada. Me voy en agosto de 2021 a Arizona State, la universidad en la que han estado Jon Rahm, Alejandro Cañizares, Carlota Ciganda o Azahara Muñoz. Ahora mismo está allí David Puig, que es buen amigo y que seguro me será de ayuda cuando aterrice. Tengo muchas ganas y sé que es una magnífica oportunidad. Es una buena universidad, con unas instalaciones de golf increíbles, algunas de ellas financiadas por Phil Mickelson.

Por allí va mucho a entrenar Jon Rahm. ¿Es otro aliciente el poder jugar con él?

Por supuesto. Sé que este año ya ha jugado algún día con los chicos del equipo.

¿Sigues complementando tu entrenamiento con la natación?

Sí, sí, tres días por semana o así hago natación. Mi padre fue nadador profesional y es algo que sé que me viene muy bien para la espalda, y más en un deporte como el golf.

La última, ¿sigues siendo fan de Tiger o Jon ya te ha ido conquistando?

(Risas) A ver, Jon me encanta, pero Tiger es mi ídolo de siempre. Verle ganar el Masters fue increíble. Tiger es Tiger.

NOTICIAS RELACIONADAS
ENLACES RELACIONADOS