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Martes, 16 de Julio, 2019
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Entrevista Jorge Campillo: “Soy un jugador muy completo”
“No me obsesiona el PGA Tour. Mi prioridad es jugar los Grandes y meterme entre los 50 primeros del mundo”
Foto: European Tour

Jorge Campillo es uno de los hombres de moda en el golf español, y no solo por su victoria en el Trofeo Hassan II de Marruecos, sino por su exitosa trayectoria en los últimos años –una decena de Top 20 en 2018 dejan claro que su estreno ganador estaba al caer– y su consistencia en un ecosistema tan competitivo como es el European Tour.

Asentado en el Top 100 Mundial y con la vista puesta en el grupo exclusivo que forman los 50 mejores, Jorge Campillo es un jugador que no olvida sus orígenes. Tiene claro que debe agradecer mucho a las personas que le han ayudado a llegar hasta aquí, empezando por su padre, Jorge, ex Presidente de la Federación Extremeña de Golf, y pasando por su entrenador, José Carlos Gutiérrez, sus patrocinadores, Bodegas de Jerez y Titleist, y los técnicos de las instituciones en las que se ha formado, la Escuela Nacional Blume de la RFEG y la Universidad de Indiana, donde este mismo año previsiblemente será elegido miembro del Salón de la Fama.

En su mente está demostrar que tiene un sitio entre los mejores del planeta, pero no pierde de vista otro de sus objetivos a medio plazo: hacer un buen Open de España en el Club de Campo Villa de Madrid. “Es una cita importante para mí. Esperadme allí”, afirma en un claro mensaje al aficionado español. En octubre todos tenemos una cita con él.

Último putt del Trophee Hassan II, embocas, manos al cielo, abrazo con Borja Martín-Simo (su caddie) y… ¿en qué piensa uno en ese momento?

Realmente no me acuerdo de lo que hice, ni a quién saludé, ni nada. Sí recuerdo qué rápido llegaron los compañeros a felicitarme, que no los vi venir. Después de tirar el primer putt ya sabía que iba a ganar, y se me quedó la mente en blanco. Estaba tan concentrado que no me di cuenta ni de que había gradas ni personas. Una vez pasado un poco ese primer instante, lo que te queda es un gran alivio, una sensación bonita.

¿Cuántas promesas has tenido que cumplir estas últimas semanas?

¡Muchísimas!, estoy todavía en ello. Me voy a tener que coger un par de semanas libres para poder cumplir todas (risas). Son muchos años diciendo “cuando gane un torneo lo hago”, y como han sido unos cuantos años, se han ido acumulando. Este verano voy a tener trabajo.

Viendo lo que ocurrió solo una semana después ­–fue tercero en el Volvo China Open–, la pregunta parece inevitable: ¿una vez abierta la veda, te has quitado una losa de encima?

De China me volví con una mala sensación, porque sentía que era un torneo que podía haber ganado perfectamente. Tuve algunos fallos puntuales y en los últimos hoyos di buenos golpes, pero no fui capaz de acertar con los palos. En cualquier caso, ojalá se haya abierta la veda de los triunfos y no me cueste tanto ganar la próxima vez. A ver, hay que decirlo todo: ganar es muy difícil, solo gana uno cada semana, y la gente aquí juega muy bien.

Dijiste que era cuestión de tiempo que llegase la victoria. ¿Llegaste a dudar?

No, nunca. La gente me decía que iba a ganar pronto, pero eso no me ayudaba en nada. Si no lo haces, de nada sirve lo demás. He estado ahí arriba muchas semanas, pero estar ahí y rematar la faena son dos cosas muy diferentes. Pero nunca dudé. Sabía que al menos una vez ganaría, y así ha sido.

Uno de los que no dudó nunca fue Borja, tu caddie, ¿qué porcentaje del éxito le atribuyes a la buena sintonía que, según se aprecia, tenéis sobre el campo?

Es cierto que él era uno de los que decía que iba a ganar. El caddie tiene su importancia, claro, es cierto que solo puede hacer X cosas, no le da a la bola, pero con que te ayude un 5%, pues ya es una barbaridad. Desde luego, tener esa buena relación con él me ha ayudado y es importante. No es fundamental, pero está ahí y me ha ayudado, claro.

Los resultados de los últimos años avalan el desembarco de una nueva generación de jugadores españoles que ya son sois una auténtica realidad en el European Tour. Hablamos de Adrián Otaegui, Ignacio Elvira, tú mismo o Adriá Arnaus, un jugador algo más joven. Aire fresco en el Tour...

Sí, podemos ser una quinta. Si bien con quien crecí fue con Pablo Martín. Luego estaba Pedro Oriol, Nacho Elvira es un año menor… es un buen grupo, y debo admitir que el mejor de todos ellos con menos de 18 años era Pablo Martín. Nunca vi nada igual.

Ahora, con Nacho o Adrián, hemos formado una buena generación de mediana edad, porque por debajo ya viene Adriá Arnaus o el propio Jon Rahm. Todos hacemos lo que podemos, pero me da pena que el mejor de todos no esté disfrutándolo.

¿Tan especial era el juego de Pablo Martín?

Hasta los 18 o 20 años era impresionante, veías que podía ganar Grandes, tenía ese potencial. Luego ya no se vio tanto, a pesar de que ganó sus torneos en el European Tour.

Echando la vista atrás, en 2014, siendo integrante del Programa Pro Spain, tres de tus compañeros (Carlos Pigem, Borja Virto e Ignacio Elvira) respondieron en un cuestionario que el que más iba a destacar ya ese mismo año sería Jorge Campillo. ¿Te das cuenta de que desde fuera siempre se te ha visto como un golfista tremendamente fiable?

¡Me tienen fe mis compañeros! Sí, yo siempre he notado esa confianza, pero hasta que no haces las cosas te pueden decir misa por ahí. No eres nadie hasta que no haces aquello para lo que estás capacitado.

En ese mismo cuestionario nos decías que el putt y el búnker eran tus asignaturas pendientes. ¿Cinco años después han cambiado tus prioridades?

Por suerte el putt está casi solucionado. Es verdad que el año pasado tuve una buena crisis, pero puse remedio y este año está funcionando. Y en el búnker no tengo problemas. Es un golpe mucho menos importante, ya que caes menos veces en búnker que en el green, obviamente. Creo que en general soy un jugador muy completo. He tenido mis momentos de pegarle peor al drive, por ejemplo, pero creo que puedo decir que a día de hoy domino todos los aspectos del juego. Eso sí, siempre se puede mejorar.

¿Tú mismo te ves margen de mejora?

Ahora ya solo es cuestión de tiempo, estar más fuerte mentalmente y ser más determinante en los momentos decisivos, como he hecho en las últimas semanas. El swing y determinados aspectos técnicos siempre se pueden mejorar, pero bueno, eso irá llegando con el tiempo.

¿Sientes que has encontrado tu hueco en el European Tour o tienes la ambición de cruzar el charco?

Es verdad que nunca he tenido problema para mantener la tarjeta, y ya son ocho años en el European Tour, pero sí noto ahora que soy medio bueno en este circuito, por decirlo de alguna manera. Hay que ir poco a poco, quiero jugar los Grandes y hacerlo bien, meterme entre los 50 primeros del mundo, lo que te da acceso a jugar más torneos en Estados Unidos… A partir de ahí veremos lo que pasa.

¿Cuál de los Grandes te apetece más?

Augusta, sin duda.

Llevas unos años jugando un calendario muy cargado, con fases de bastantes semanas seguidas. ¿Cómo se puede seguir ese ritmo?

Bueno, los primeros años en el Tour jugué muchísimo, pero llevo un par de temporadas o tres jugando algo menos. Lo llevo bastante bien, según pasan los años te apetece menos viajar y haces por jugar menos, pero parto con la ventaja de que me gusta mucho el golf. Entonces no me cuesta demasiado esfuerzo.

Estudiaste Marketing Deportivo y Dirección de Empresas. ¿Eso está aparcado en un cajón o hay algún proyecto al margen de la competición?

Nada, estoy centrado en el golf. Cuando juegue menos podré pensar qué hago, pero como me meta ahora en otro lío… No, de momento está todo aparcado.

¿Sigues manteniendo el vínculo con Indiana?

Sí, me escribo mucho con mi entrenador, y mis compañeros están muy pendientes siempre de mis resultados, sé que me siguen y están ahí. Una universidad como esa marca mucho, te deja muy buenos recuerdos. De hecho, siempre marco en green con una moneda de Indiana y llevo una funda de driver de ellos.

Jugadores como tú abristeis el camino para muchos de los chicos y chicas que están ahora en universidades americanas.

Es una oportunidad muy buena. Si no hubiese pasado por allí lo mismo no estaría aquí ahora. Antes que yo estuvo Alejandro Cañizares, luego fuimos Pablo Martín y yo… lo hicimos bien.

¿Sabes si tus nueve victorias en la Universidad de Indiana siguen siendo un récord?

¡Creo que sí! Ahora mismo va a ser complicado que me ‘pisen’ el récord, ya que el equipo se ha venido un poco abajo. A ver si remontamos el vuelo.

DESPIECE

Impronta Pro Spain

Jorge Campillo fue integrante de una de la primera promoción del Pro Spain Team, la de 2010. Compartía sueños y aspiraciones con Azahara Muñoz, Pedro Oriol o Borja Etchart. Una década después se puede decir que es uno de los golfistas que mejor trayectoria profesional ha desarrollado, y no duda que el Programa fue clave en esos primeros pasos. “Fue muy importante. El vacío que tienes cuando te haces profesional es grande, y la RFEG, con ese Programa, te ayuda mucho. Yo, por suerte, he necesitado menos ayuda que otros, pero es muy importante, y me alegro de que la Federación siga ayudando a otros jugadores. Fue una magnífica idea”, explica.

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