La participación del equipo español estuvo marcada por ese golpe adicional que le apartó de la disputa de las semifinales en detrimento de Francia durante la celebración de la fase clasificatoria, 760 golpes por parte de los galos y 761 en el caso de los españoles.

Avocados a la lucha, en el mejor de los casos, por la quinta plaza, los españoles encontraron posteriormente una dura resistencia en Italia, siendo superados por 3 a 2 en un choque de desarrollo sumamente igualado que se inclinó del lado transalpino durante los partidos individuales.

Ya en la última jornada, el conjunto español tuvo dificultades en el foursome, que perdió en el hoyo 17, sin que la pareja formada por Eustaquio Delgado y Juan Ortín pudieran hacer frente al combinado integrado por Rolf Ronneklev y Per Hildebrand.

No obstante, el conjunto español reaccionó con contundencia durante la celebración de los partidos individuales, plasmando una enorme superioridad reflejada en cuatro compromisos saldados con otras tantas victorias a cargo de Juan Carlos Tinturé, Miguel Preysler, Gustavo Larrazábal y Álvaro Herrero.